La propuesta del Gobierno de crear el Ministerio del Interior ha provocado expectativas dentro y fuera del país, porque el Perú es un territorio con grandes recursos naturales atractivos para nuevas inversiones. Hasta el momento es un misterio con grandes recursos naturales atractivos para nuestras inversiones. Hasta el momento es un ministerio cuáles serán los objetivos de tan importante entidad. Para ello, primero debe discutirse cuál es la política ambiental que se quiere crear involucra a todos los sectores y actividades del mundo en que vivimos.
La nueva institución deberá garantizar un desarrollo sostenible, y evitar la duplicidad de funciones, tal como existe ahora entre ministerios, organismos públicos descentralizados, municipios y gobiernos regionales. Por tanto debe significar la partida de nacimiento de un organismo moderno y eficiente, con un presupuesto funcional que genere credibilidad, y la sepultura de aquellas instancias que limitan la buena gestión. Pero lo que se debe evitar es que el nuevo ministerio se convierta en un “doctor no” a la inversión.
Lo valioso de la iniciativa gubernamental es que está abierto al debate, el cual ya caló en varias empresas mineras –algunas tan renuentes a asumir responsabilidades ambientales- a poner en marcha planes de protección, en la perspectiva de mejorar las relaciones con las comunidades donde se encuentran las minas y otros recursos naturales, y atender las justas demandas de la sociedad civil.
La implementación del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y con otros países es también una vía para que el aparato productivo nacional se ajuste a las reglas internacionales, con el fin de enfrentar los riesgos del cambio climático.
Sea esta una ocasión para señalar que el Ejecutivo y el Legislativo aún no están trabajando concertadamente para emitir y hacer cumplir las normas del sector ambiental. Información pública que da cuenta de que esa larga lista de más de 300 leyes aprobadas por el Congreso, un alto porcentaje carece de reglamento y no son pocas las normas ambientalistas.
La necesidad de tener una clara política ambiental será fundamental, pues la creación de un ministerio no basta para asegurar un desarrollo sostenible.
Gestión, 06/02/2008
La nueva institución deberá garantizar un desarrollo sostenible, y evitar la duplicidad de funciones, tal como existe ahora entre ministerios, organismos públicos descentralizados, municipios y gobiernos regionales. Por tanto debe significar la partida de nacimiento de un organismo moderno y eficiente, con un presupuesto funcional que genere credibilidad, y la sepultura de aquellas instancias que limitan la buena gestión. Pero lo que se debe evitar es que el nuevo ministerio se convierta en un “doctor no” a la inversión.
Lo valioso de la iniciativa gubernamental es que está abierto al debate, el cual ya caló en varias empresas mineras –algunas tan renuentes a asumir responsabilidades ambientales- a poner en marcha planes de protección, en la perspectiva de mejorar las relaciones con las comunidades donde se encuentran las minas y otros recursos naturales, y atender las justas demandas de la sociedad civil.
La implementación del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y con otros países es también una vía para que el aparato productivo nacional se ajuste a las reglas internacionales, con el fin de enfrentar los riesgos del cambio climático.
Sea esta una ocasión para señalar que el Ejecutivo y el Legislativo aún no están trabajando concertadamente para emitir y hacer cumplir las normas del sector ambiental. Información pública que da cuenta de que esa larga lista de más de 300 leyes aprobadas por el Congreso, un alto porcentaje carece de reglamento y no son pocas las normas ambientalistas.
La necesidad de tener una clara política ambiental será fundamental, pues la creación de un ministerio no basta para asegurar un desarrollo sostenible.
Gestión, 06/02/2008
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