El juramentado ministro del Medio Ambiente, Antonio Brack Egg, ha pedido “por favor que se supere el entrampamiento suscitado en torno al decreto legislativo” que crea su portafolio. Sobre el particular nos parece lamentable que algunos congresistas opten por practicar un reduccionismo formalista inexplicable que atenta contra la buena marcha de un nuevo ministerio cuya función es plantear las políticas del Estado peruano con el fin de preservar los ecosistemas y luchar contra la contaminación ambiental.
La verdad es que este escollo –que en la práctica impide que el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) comience sus actividades– da mala imagen de la manera como se ejerce en nuestro país la política. Recodemos que el MMA se creó en un contexto muy especial, es decir en medio de la realización de la V Cumbre ALC-UE, cuyo anfitrión era nada menos que el Perú, y que incluso la juramentación del respectivo ministro, Antonio Brack, se hizo en compañía del presidente de Eslovenia y de la canciller de Alemania, entre otros mandatarios del exterior.
Sin embargo, la oposición de algunos parlamentarios a dar el pase respectivo a la aprobación del presupuesto, porque están en contra del decreto por el que fue creado el MMA, va más allá que el ser descorteses con el ciudadano que aceptó este cargo, un hombre como Brack Egg, respaldado por una larga trayectoria humanista y científica en pro de la defensa de la naturaleza animal y vegetal del mundo. También es un hecho que atenta contra el sano orgullo nacional que debemos tener ante las autoridades europeas que asistieron al acto inaugural del MMA, momento en el que incluso Alemania –de buena voluntad– nos prometió la asistencia de sus mejores especialistas para asesorar al flamante ministro del Ambiente peruano en la organización de su sector. Además esa oposición al decreto que creó el MMA va más allá que el prurito por definir qué cosa es constitucional o inconstitucional, sin contar que esos congresistas están logrando que se atrase el trabajo en pro del medio ambiente, tarea urgente porque la puesta en práctica del TLC con Estados Unidos y Canadá así lo exige.
Por otro lado estamos dando señales al mundo de que nuestra política se parece a los zarpazos de los depredadores, descendiendo el desarrollo de nuestras estrategias de Estado a una carnicería sin sentido, en el que incluso se puede llegar a límites insospechados como empujar a la desesperación a un nuevo ministro, que podrá tener un cargo político, pero que es sobre todo un investigador y científico que sólo quiere contribuir con su país. En medio de tanta piedra que se pone en el camino del MMA, Brack Egg ha dicho “dejen trabajar" o, en todo caso, “mejor será que me vaya a mi casa”.
Invocamos a algunos congresistas que depongan aquella actitud que se parece a la practicada por “los cazadores de pulgas que usaban escopetas” para matar microscópicos insectos, aludidas por Federico Engels cuando criticaba a los políticos que sólo existen para perderse en querellas bizantinas o en buscar tres pies al gato. Hagámoslo por los niños y jóvenes que necesitan un país limpio y sano para vivir, por nuestros distritos costeños que no quieren un mar contaminado, por el futuro incierto de nuestros nevados. Superemos protagonismos estériles.
Expreso, 09/06/2008
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