En medio de la V Cumbre juramentó el flamante ministro del Ambiente, un ministerio creado recientemente cuya creación saludamos pues el mundo en que vivimos hoy será el mismo para nuestros hijos y hay que cuidarlo.
Pero además de un Ministerio del Ambiente creo que debe crearse también un Ministerio de Turismo. Yo era una de las personas que pensaba que no había necesidad de un Ministerio de Turismo, pero ahora me doy cuenta de que estaba en un error, porque el sector turismo, a diferencia del sector pesquero, por poner un ejemplo, es un sector que sí puede crecer.
Las personas que desempeñan el cargo de ministro de Comercio Exterior y Turismo, y la actual gestión no es la excepción, se preocupan más en la primera parte del cargo. No se ve un compromiso decidido con el sector turismo. Mientras que al Perú llegan 1’800,000 turistas, en países como México el número asciende a 21’400,000. No somos nada.
No se trata de no agrandar el Estado sino de darle mayor dinamismo y eficiencia, en especial a un sector como el turístico con enormes posibilidades que en la práctica vienen siendo relegadas. Cuando se creó el Ministerio de Vivienda y pusieron a un ministro que las 24 horas del día tenía que preocuparse de cómo generar vivienda en el Perú, se desarrolló un programa que hasta nuestros adversarios reconocen, que fue un modelo de programa habitacional.
El turismo de naturaleza está en su apogeo a nivel mundial, especialmente en el Perú, donde ha crecido mucho en los últimos años hacia la Amazonía y hacia los espacios protegidos. Reservas nacionales como Pacaya Samiria o el Manu, constituyen atractivos turísticos que es preciso promocionar y gestionar adecuadamente.
En ese sentido, un Ministerio del Ambiente, además de velar por temas como las aguas contaminadas o la tala indiscriminada de árboles, orientaría esfuerzos a conservar sosteniblemente los recursos de las reservas naturales y generar espacios que permitan el mayor disfrute de la naturaleza y el enriquecimiento cultural en nuestros ambientes.
De este modo, no sólo se prestará mayor atención al tema medioambiental, con el cual todos salimos ganando, sino que el Perú se beneficiaría económicamente, pues más turistas contentos en ambientes protegidos y bien cuidados significan mayores divisas para el país.
Un tema aparte, sin embargo, es el de la legalidad de este nuevo ministerio, pues si bien fue creado por decreto legislativo, que tiene rango de ley, su validez está condicionada a que se sujete a los términos fijados por la ley de delegación de facultades legislativas que aprueba el Congreso.
La pregunta es si la norma que delega las facultades puede comprender la creación de un Ministerio del Ambiente. Muchos consideran que no porque las materias delegadas deben ser precisas; y una cosa sería regular el control de los temas ambientales y otra distinta es crear un nuevo ministerio modificando la estructura orgánica del Poder Ejecutivo.
Así, la creación del Ministerio del Ambiente excedería los términos de la delegación parlamentaria, por lo que sería inconstitucional. Nadie discute su importancia pero su legalidad queda en entredicho si revisamos su contenido formal y material con lo que señala la Constitución y los procedimientos legislativos que ésta establece.
Expreso, 21/05/2008
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