Si ya van a crear el MMA, deben hacerlo bien.
Parece que sí se va a concretar la iniciativa del presidente Alan García para crear un Ministerio del Medio Ambiente (MMA). Ninguna fuerza política le ha puesto algún reparo y, por el contrario, más de una se ha atribuido la autoría, desde Unidad Nacional hasta UPP.
A partir de dicha constatación, será importante asegurar las condiciones para que el nuevo ministerio contribuya positivamente al desarrollo de políticas de Estado que encuentren un balance armonioso entre la necesidad de proteger el medio ambiente y la de promover una inversión privada y pública que sea responsable con este.
Para que ello sea posible se requiere asegurar varias condiciones. La primera es dejar de lado la antigua creencia burocrática de que la solución para los diversos problemas del país pasa por nada más que crear una entidad que se encargue del tema.
En este sentido, el MMA debe ser una institución con una alta capacidad profesional, incluyendo una elevada transparencia en sus análisis y decisiones. La falta de experiencia previa sólida en el manejo del medio ambiente en el país ha sido una fuente frecuente de denuncias sobre serios problemas de corrupción en la administración de los recursos naturales.
Asimismo, se deberá precisar con cuidado la misión y facultades del MMA, así como articularlas con las que ahora poseen varias entidades públicas que se ocupan del tema, desde las que deberían desaparecer, como CONAM e Inrena, pues sus funciones pasarían al nuevo ministerio, hasta las que convivirían con este, como el Osinergmin.
Al respecto, sería conveniente que todos estos asuntos sean sometidos a un debate público en el que participe activamente la comunidad de profesionales que trabaja en los temas del medio ambiente, con el fin de que se incorporen los aportes que puedan ser valiosos para el diseño por el que finalmente se opte.
Por último, como ocurre con toda institución que recién se crea, será fundamental la designación del primer ministro del MMA así como de su consejo consultivo, los cuales contribuirán a darle la personalidad que requiere esta nueva entidad pública.
A partir de dicha constatación, será importante asegurar las condiciones para que el nuevo ministerio contribuya positivamente al desarrollo de políticas de Estado que encuentren un balance armonioso entre la necesidad de proteger el medio ambiente y la de promover una inversión privada y pública que sea responsable con este.
Para que ello sea posible se requiere asegurar varias condiciones. La primera es dejar de lado la antigua creencia burocrática de que la solución para los diversos problemas del país pasa por nada más que crear una entidad que se encargue del tema.
En este sentido, el MMA debe ser una institución con una alta capacidad profesional, incluyendo una elevada transparencia en sus análisis y decisiones. La falta de experiencia previa sólida en el manejo del medio ambiente en el país ha sido una fuente frecuente de denuncias sobre serios problemas de corrupción en la administración de los recursos naturales.
Asimismo, se deberá precisar con cuidado la misión y facultades del MMA, así como articularlas con las que ahora poseen varias entidades públicas que se ocupan del tema, desde las que deberían desaparecer, como CONAM e Inrena, pues sus funciones pasarían al nuevo ministerio, hasta las que convivirían con este, como el Osinergmin.
Al respecto, sería conveniente que todos estos asuntos sean sometidos a un debate público en el que participe activamente la comunidad de profesionales que trabaja en los temas del medio ambiente, con el fin de que se incorporen los aportes que puedan ser valiosos para el diseño por el que finalmente se opte.
Por último, como ocurre con toda institución que recién se crea, será fundamental la designación del primer ministro del MMA así como de su consejo consultivo, los cuales contribuirán a darle la personalidad que requiere esta nueva entidad pública.
Perú 21, 26/12/2007
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