Creación del Ministerio del Medio Ambiente los sacará a la luz, señala.El especialista Fernando Razze-tto opinó ayer que la creación del Ministerio del Medio Ambiente evitará que algunos ambientalistas parapetados en trincheras oficiales actúen como francotiradores disparando contra todo proyecto de inversión privada, incluso con argumentos emotivos que confunden a la opinión pública al exagerar los daños que las actividades de desarrollo pueden causar al medio ambiente.
–El Presidente dijo que iba a proponer la creación de un Ministerio del Medio Ambiente.Es una decisión importante y políticamente correcta de cara al TLC donde Estados Unidos ha puesto en esta adenda complementaria debe fortalecerse el sector ambiental.–¿Por qué considera usted que es importante?Creo que puede ser una oportunidad para que el gobierno defina una política ambiental que tiene que ir de la mano con el principal objetivo del gobierno, que tiene que ser el desarrollo económico y social.
–El Presidente dijo que iba a proponer la creación de un Ministerio del Medio Ambiente.Es una decisión importante y políticamente correcta de cara al TLC donde Estados Unidos ha puesto en esta adenda complementaria debe fortalecerse el sector ambiental.–¿Por qué considera usted que es importante?Creo que puede ser una oportunidad para que el gobierno defina una política ambiental que tiene que ir de la mano con el principal objetivo del gobierno, que tiene que ser el desarrollo económico y social.
–¿Qué sería lo conveniente?
Que el tema ambiental sea coherente con las decisiones de gobierno y que haya un responsable político del sector ambiental dentro del Gabinete. Este responsable político tendrá que demostrar ante los demás ministros, con indicadores, estadísticas y tendencias verificables, sus objeciones y restricciones a las actividades económicas. Ya no podrían seguir actuando como francotiradores y estarían obligados a actuar transparentemente como actores del desarrollo sostenible.
–Una de las situaciones que ahuyentan a los inversionistas es que no pueden ser dueños de la propiedad, sobre todo en el tema maderero, ¿qué opina?
En este caso y en otras actividades lo importante es que haya la seguridad que respalda la inversión y el mayor respaldo sobre los derechos que adquiere un inversionista es la propiedad privada y tiene que haber los mecanismos para conceder los derechos de propiedad a quienes hagan uso de los bosques. Se dice que los bosques son patrimonio de la Nación pero éste puede ser público o privado y no por eso deja de ser patrimonio.
–¿Qué mitos existen en este caso?
Algunos técnicos no quieren entender que los recursos naturales son los que han sido creados por la naturaleza, pero en todas las concesiones forestales se exige que el empresario haga lo que se llama el manejo del bosque y una de las actividades de manejo importante es el manejo de la regeneración natural. Hay técnicas científicas que permiten domesticar esa forma natural de crecimiento; el bosque resultante va a ser un bosque cultivado y dentro de la legislación peruana se reconoce el derecho de propiedad privada a la domesticación de los productos naturales. Debe haber la voluntad política de reconocer este derecho.–Sin embargo siempre habrá ONGs que intentarán sabotear este trabajo...Creo que la decisión del Presidente ha sido bien meditada y la iniciativa de crear este ministerio es ponerle un sitio (a los ambientalistas) para que no actúen desde afuera sino desde dentro del gobierno con sus iniciativas, pero también con sus restricciones. Ya no es sólo declarar que se está destruyendo los bosques o que las mineras están contaminando los ríos; no, ahora tendrán que demostrar qué daños se están haciendo con estadísticas e indicadores verificables y no declarativos sino objetivos, y es esta objetividad una de las funciones que le corresponde a todos los ministerios.
Perfil del ministerio–
¿Este ministerio puede interferir con otras carteras?
Este ministerio no irá por encima de los ministerios de la Producción o de Energía y Minas, sino que sus ministros van a estar sentados en la misma mesa y lo que absuelve el ministro del Medio Ambiente tendrá que ser confrontado con lo que dice el ministro de la Producción y Energía. Esa confrontación ya no va a ser emotiva o alarmistas sino que ahora un ministerio convertirá a los ambientalistas en actores y no en francotiradores.
–¿Qué perfil debe tener el ministro?
Primero se tiene que describir cuáles serán las funciones, atribuciones y obligaciones (del ministerio) y en base a ello se buscará el perfil. Debe ser alguien objetivo y transparente.
–¿Instituciones como el Inrena o el Conam deberán ser absorbidas?
La Dirección de Áreas Naturales Protegidas y la Dirección de Asuntos Ambientales, a cargo de Inrena, tendrían que pasar al Ministerio del Medio Ambiente, pero la actividad forestal sobre todo de los bosques que han sido declarados de producción permanente, eso debería pasar al Ministerio de la Producción.
Ordenar la política
–¿Este ministerio permitiría ordenar la política ambiental?
Lo que ocurre es que el tema ambiental está repartido en diferentes órganos de gobierno y esto le resta coherencia y eficiencia. También es frecuente que en los altos niveles de decisión política, o para los ministros, congresistas, organismos de gobierno como el Conam, o el Inrena, el tema de los recursos naturales ha sido delegado a asesores ambientalistas como si fueran los únicos enterados de lo que es el desarrollo sostenible y esto sí es un error imperdonable.
–¿Por qué lo dice?
Algunos ambientalistas parapetados en estas trincheras oficiales han actuado como francotiradores disparando contra todo proyecto de inversión privada, incluso con argumentos emotivos que confunden a la opinión pública porque exageran los daños que las actividades de desarrollo pueden causar al medio ambiente o, también, manipulando dispositivos legales en los que sobreestiman los daños al ambiente y subestiman la capacidad natural de los ecosistemas, para tolerar todo o gran parte de esos improbables daños. Esos dispositivo mediatizados generan sobrecostos innecesarios que le restan o eliminan competitividad a las actividades económicas y ahuyentan las inversiones.
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