viernes, 18 de enero de 2008

León Trahtemberg: Medio ambiente sí, infancia no

El presidente García propone crear un Ministerio del Medio Ambiente. Dijo que “si agrupamos a instituciones como el Conam o Inrena, podremos tener una institución que resulte siendo más barata que todos los organismos dispersos, sin gasto adicional y sin necesitar un cargo burocrático más”. Repiten la tesis el premier Del Castillo, el ministro Valdivia y el organizador del ministerio Antonio Brack-Egg, quien sostuvo que existirá una línea de mando con las instituciones que la integrarán, ya que anteriormente las dispersas direcciones ambientales de los ministerios no coordinaban su labor (tema harto conocido).
Tomemos los mismos argumentos cambiando Medio Ambiente por Infancia. Si agrupamos los programas sociales que atienden a madres gestantes, salud y nutrición infantil, vacunación, wawawasi, identidad, etc., podríamos tener un ministerio que integre todos los organismos dispersos, que con una reingeniería bien diseñada no genere más gastos ni burocracia. Así existiría una permanente voz por la infancia en el gabinete y una línea de mando con las instituciones que la integrarán. Como sabemos, en el Estado peruano, en ausencia de un jefe ejecutivo que exija un alineamiento hacia una dirección específica, los viceministros o jefes de programas con igual autoridad rara vez logran integrarse con efectividad. Con el Ministerio o Autoridad Nacional de la Infancia con rango de ministro, se podría mejorar el diseño de atención social, evitar las superposiciones, vacíos, ineficiencias, las fugas en la transferencia de recursos y las corrupciones en las compras. Habría un mejor sistema de información, evaluación y monitoreo para que los recursos lleguen hasta cada beneficiario. Esto no puede hacerlo Crecer o el Ministerio de la Mujer con los programas que dependen de otros ministerios, como Salud, Educación, Justicia o Trabajo.
El Perú está en un estado de emergencia moral con 25% de niños desnutridos crónicos menores de cinco años. Permitir que frente a la bonanza económica y fiscal cada año se sumen 120,000 niños al universo de los desnutridos crónicos irrecuperables es inaceptable. Se requiere una institución de rango ministerial responsable de conducir el tema y rendir cuentas. Es curioso: los mismos argumentos que abonan a favor de crear un ministerio como el de Medio Ambiente –porque beneficia las inversiones y los negocios– no abonan a favor de crear uno de la Infancia –¿porque no es prioritario para los negocios?–. Con la infancia, que no tiene un padrino o madrina nacional, el aumento de ministerios se convierte en un mal que debe ser evitado.
Correo, 18/01/2008

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